jueves, 25 de octubre de 2012


GUSTAVO ADOLFO BECQUER
RIMA LIII

   Gustavo Adolfo Bécquer se incluye en el Romanticismo tardío, en el que se empiezan a realizar tendencias realistas que indican todo más descriptivo. Este autor se caracteriza por el tratamiento delicado y moderado del amor y el poder evocativo de sus versos.
   A lo largo de su vida Bécquer realizó muchas obras, dentro de ellas encontramos las “Rimas” divididas en cuatro temas. Las que hablan de aquel amor desgraciado y del dolor que el abandono de Elisa Guillén produjo en Bécquer, son del apartado del cuarto tema, que se desenvuelve desde la rima LII, hasta la LXXVI. Por lo tanto, la rima LIII (1865) a analizar, se encuentra en esta división.
   En cuanto a la estructura externa esta rima consta de seis estrofas, divididas en tres núcleos temáticos, formados por dos estrofas cada uno. Todas las estrofas están compuestas por cuatro versos, los tres primeros endecasílabos (arte mayor) y el último heptasílabo (arte menor). Tienen rima asonante (á) en los versos pares y el tipo de estrofa de esta rima es el de silva arromanzada. Ésta es la estrofa que, en la métrica española, está compuesta de versos imparisílabos de arte menor y mayor, incluidos alejandrinos de 7 + 7 sílabas, rimando en asonante sólo los versos pares. Se considera creador de esta estrofa a Gustavo Adolfo Bécquer. Su uso se generalizó en el Modernismo y en la Generación del 98 entre los siglos XIX y XX y es, por ejemplo, una estrofa muy característica de Antonio Machado Ruiz.
   Mientras que de la estructura interna debemos decir que se divide en tres núcleos temáticos como dijimos anteriormente:
·            Primer núcleo: primera y segunda estrofa donde el yo lírico expresa que las golondrinas volverán como cada año, igual que cuando estaban juntos, pero las que vendrán no serán las mismas que estuvieron junto a ellos en ese momento. El tema son las golondrinas.
·            Segundo núcleo: tercera y cuarta estrofa, expresa que al igual que las golondrinas, las madreselvas volverán a crecer  pero tampoco serán las mismas que había cuando ellos estaban juntos. El tema son las madreselvas.
·            Tercer núcleo: quinta y sexta estrofa, aparece el motivo lírico del poema: el rechazo y desamor por parte de la mujer amada. El tema son las palabras de amor.
   A continuación desarrollaremos con más profundidad cada uno de los núcleos temáticos:
   El primero de ellos como ya dijimos abarca las dos primeras estrofas. Desde el comienzo del poema se puede reconocer que el hablante lírico se está refiriendo a una relación del pasado, porque ya no están juntos. Lo expresa mediante una metáfora diciendo: “(…) ¡esas… no volverán!”. Se refiere a que esas golondrinas que los acompañaban cuando estaban juntos no regresarán nunca más. Aquí el autor utiliza la figura literaria de reticencia con los puntos suspensivos, para dejar una frase incompleta, interrumpiendo la idea y creando de esta forma mayor suspenso en la obra.
   La primera estrofa hace referencia a las golondrinas, diciendo que éstas llegarán otra vez, jugando como siempre, simbolizando el ciclo de la vida tal como los pájaros. Enseguida se observa un hipérbaton en los dos primeros versos: “Volverán las oscuras golondrinas en tu balcón sus nidos a colgar, (…)”. Así como también hay un epíteto en este mismo verso, “(…) las oscuras golondrinas (…)”. Porque se sabe que las golondrinas son oscuras, es un adjetivo innecesario que no añade ningún tipo de información adicional, se utiliza para acentuar el significado de lo que se está describiendo.
   Por otro lado, en la segunda estrofa, afirma que no serán las mismas golondrinas que fueron en aquel momento, es decir, que los recuerdos estarán ahí, pero eso no significa que se puede revivir esa época. También comienza con un hipérbaton en los dos primeros versos de la estrofa: “Pero aquellas que el vuelo refrenaban tu hermosura y mi dicha al contemplar (…)”. A su vez hay una personificación en el séptimo verso: “(…) aquellas que aprendieron nuestros nombres (…)”, porque éstas no pueden aprender nombres, les otorga características humanas a las golondrinas para enfatizar la relación que tenían, ya que las que estuvieron con ellos y aprendieron sus nombres representan la relación de los personajes, éstas no volverán, habrán otras personas al igual que golondrinas, pero no serán las mismas.
   El segundo núcleo comprende la tercera y cuarta estrofa, inicia en “Volverán las tupidas madreselvas (…)” y finaliza en “(…) ¡esas… no volverán!”. Es un reforzamiento de la idea anterior, se comprueba que se está utilizando un paralelismo entre los sentimientos humanos y los fenómenos que ocurren en la naturaleza, es decir, hay un paralelismo psicocósmico. Los fenómenos de la naturaleza, repitiéndose constantemente, son cíclicos. En cambio, los sentimientos humanos no se repiten nunca, el mismo momento no volverá a ocurrir nunca.
   Según la estructura del poema, se observa que en el primer núcleo se hace mención a las golondrinas y en el segundo a las madreselvas, relacionando así la fauna y la flora.
   En la tercera estrofa habla sobre las madreselvas, refleja el crecimiento y lo hermoso de la vida, que continúa siempre. Aparece otra vez al comienzo un hipérbaton, versos nueve y diez: “Volverán las tupidas madreselvas de tu jardín las tapias a escalar (…)”. Las madreselvas crecen para llegar a ellos al igual que las golondrinas refrenan sus vuelos. Existe también una anáfora que se da por la repetición de la palabra “volverán” al comienzo de todos los núcleos temáticos. Esta figura literaria consiste en la repetición de la misma palabra, con el sentido de otorgarle un ritmo al contenido del texto, aparece sólo en tres ocasiones, pero se encuentra presente durante toda la obra y es suficiente para crear una armoniosa unión entre los núcleos.
   Sin embargo, en la cuarta estrofa del poema aparece el contraste, dice que esas madreselvas no serán las mismas que cuando ellos estaban juntos, la desdicha de saber que todo lo que pasó, jamás se volverá a repetir de la misma forma. Aquí vuelve a repetirse la idea que se manifiesta a lo largo de todo el poema y es el transcurso del tiempo, como la vida se nos escapa de las manos en sólo segundos. Se puede reconocer una hipérbole en el verso trece: “(…) cuajadas de rocío (…)” y una comparación en el verso quince: “(…) como lágrimas de día… (…)”, compara las gotas con lágrimas. Esas gotas “tiemblan”, esto está en sentido metafórico y el autor lo utiliza para dar la idea de indecisión, suspenso, todo se paraliza cuando están juntos. Además las lágrimas del día, también expresión metafórica nos muestra el paso del tiempo.
   El tercer y último núcleo comienza cuando dice: “Volverán del amor en tu oídos (…)” hasta “(…) ¡así… no te querrán!”. Aquí se demuestra que es un hablante lírico hombre, ya que dice: “(…) mudo y absorto (…)”. Se observa otro motivo lírico en el final del poema, el desamor de parte de ella, la amada es totalmente indiferente mientras él la sigue amando. A lo cual el yo lírico le expresa a su favor que probablemente podrá amar a alguien al igual que a ella, pero a ella nadie la amará de esa forma nunca más. Se ve claramente la actitud de despecho y de resentimiento por parte del hablante.
   En la quinta estrofa nos habla de las palabras de amor, al igual que las golondrinas son oscuras, las madreselvas tupidas, las palabras de amor son “ardientes”, es decir, también utiliza un epíteto para definirlas. El que las palabras sean “ardientes” es una metáfora. Continuando el análisis se encuentra en los versos diecinueve y veinte una personificación: “(…) tu corazón de su profundo sueño tal vez despertará”, esto es una metonimia. Como están separados ella ya no lo ama y existe la posibilidad de que ella se enamore de otro hombre pero muestra que tiene miedo de que ella se vuelva a enamorar de alguien que no sea él.
   En la sexta estrofa le dice que él frente a ella queda silencioso, admirado y la idolatra. Nos presenta enumeración en la línea versal “pero mudo y absorto y de rodillas”. Hay una anáfora en los versos veintidós y veintitrés: “(…) como se adora a Dios ante su altar, como yo te he querido (…)”. Se manifiesta su infinito amor hacia ella, hasta tal punto de comparar ese amor con la admiración hacia Dios, le da una connotación de divinidad. Para él, su amada es un ser perfecto, al que demuestra total adoración. Aquí se ve la característica propia del romanticismo de la idealización de la mujer, de la amada. Para finalizar le dice que no debe autoengañarse a ella misma pensando que habrá mejores hombres o que el amor volverá a aparecer en su vida, porque aunque eso suceda, nadie la amará nunca tanto como él y eso es lo que él quiere logar, que ella se dé cuenta de eso.
   Uno de los temas más recurrentes de la época y que también es propio del romanticismo es el uso de la naturaleza para expresar los diferentes estados de ánimo por los que pasa el poeta. Nos habla de su sufrimiento mediante los fenómenos que ocurren en ella, es una expresión delicada, que se refiere al dolor. Los elementos que aparecen son los pájaros y las flores, los primeros vienen, van y vuelven constantemente, al llegar la primavera llegan y al final del verano se van para volver a migrar en primavera. Al igual que las flores, es un ciclo natural que se repite, estas florecen, se marchitan y vuelven a florecer. Mientras que la naturaleza se renueva todo el tiempo, cuando el sentimiento humano muere, ya no se puede hacer nada, no renace ni se recupera nunca.
   En esta rima, se nos muestra claramente que Gustavo Adolfo Bécquer fue un gran representante del romanticismo. Sus obras, sus leyendas y sus rimas principalmente, muestran un romanticismo pleno que no puede pasarse por alto. Aparecen dos conceptos propios de este movimiento artístico: individualismo y subjetivismo, y exaltación de la libertad, que se pueden desarrollar en una serie de aspectos: el romántico lucha a favor de la libre expresión de su sentimiento y esto es lo que hace Bécquer en su obra. Los temas predominantes en la literatura romántica son: la frustración del yo, del amor y la manifestación de los sentimientos de tristeza, soledad, nostalgia, melancolía y desesperación. La visión de la realidad a través de la subjetividad y la aceptación o rechazo de la misma según la resonancia que tenga su intimidad. La visión dramática y sentimental de la naturaleza. Manifiesta un profundo y rico sentimiento del paisaje, pero este se representa a sus ojos en cohesión con su estado de ánimo. Todas estas características logran apreciarse en la obra de este autor.
   Como características del Romanticismo en esta rima, entonces, encontramos las siguientes: subjetividad, irracionalismo, historicismo, sentimentalismo/sinceridad, inspiración, desilusión/decepción, idealización de la mujer, uso recurrente de la naturaleza, melancolía/evocación o nostalgia, desamor/amor desgraciado, soledad, entre otros.
   Como conclusión luego de realizar el análisis de dicha rima debemos decir que los temas planteados por el autor son el amor desdichado y el transcurso del tiempo sin retorno, ayudándose de la naturaleza para plasmarlos. Por lo tanto, la desolación es un tema implícito al igual que el recuerdo de un pasado felíz que nunca volverá, la angustia por la soledad. La decepción, el desamor, el dolor y el despecho son temas también tratados en esta rima de G. A. Bécquer.

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