FEDERICO GARCÍA LORCA Y LA GENERACIÓN DEL 27
Mediante el término generación literaria designamos a un grupo de
escritores que, nacidos en fechas cercanas y movidos por un acontecimiento de
su época, se enfrentan a los mismos
problemas y reaccionan de modo semejante ante ellos. En este trabajo nos
centraremos en la generación del ´27, ésta surgió de un acto cultural en el
Ateneo de Sevilla para homenajear a Luis de Góngora en el encuentro por el
tercer centenario de su muerte que fue financiado por Ignacio Sánchez Mejías,
el torero y poeta cuya muerte inspira a García Lorca un famoso poema. Esta
admiración por el poeta cordobés se plasmó en diversos actos, y en la aparición
de diversas antologías y publicaciones donde se reivindicó la obra de Góngora
porque vieron en él un precursor de las vanguardias, un ejemplo del "arte
por el arte".
Según lo declaró Jorge Guillén, ésta generación no constituyó una
escuela, ni partió de una doctrina común ni se apoyó en ningún manifiesto. Su
aparición y desarrollo se dio en un contexto cultural muy favorable: influencia
poética de la generación anterior (Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez),
difusión de las vanguardias europeas, convivencia en la residencia estudiantil
de Madrid que les permitió trabar amistad entre ellos, y además, en esta época
habían muchas revistas literarias que les dieron la oportunidad de leer las
novedades literarias y de publicar sus obras.
La generación del ´27 tuvo como precedentes: la poesía pura, las
vanguardias, el barroco español, la poesía popular y el surrealismo. Fusionaron
lo nuevo con lo antiguo. Los integrantes de esta generación se preocupan
fundamentalmente de la expresión lingüística y buscan un lenguaje cargado de
lirismo (sensibilidad). Intentan encontrar la belleza a través de la imagen y pretenden
eliminar del poema lo que no es belleza, y así, obtener una poesía pura.
Quieren representar la realidad sin describirla; eliminando todo aquello que no
es poesía. Defienden la libertad de imaginación y la autonomía de la obra
literaria.
Los principales temas que tratan estos escritores son: los grandes
asuntos del Hombre, como el amor, la muerte, el destino y los temas cargados de
raíces populares.
Según Ortega y Gasset tendieron a hacer un arte
"deshumanizado", esto consistió en una buena parte en admitir, como
nuevos caminos, las influencias de las corrientes vanguardistas europeas en
general: el ultraísmo, el surrealismo, el cubismo, el creacionismo. Presentaron
cierto elitismo.
En cuanto a las características poéticas y del lenguaje, esta generación
se caracterizó por la utilización de formas métricas muy variadas: de la
tradición culta tomaron el soneto y la décima; de la tradición popular
heredaron el romance; de la vanguardia surrealista eligieron el verso libre y
extenso, y mantuvieron el ritmo poético mediante anáforas, paralelismos y
repeticiones. El rasgo estilístico fundamental es el uso de la metáfora.
La tendencia fundamental en estos autores es la del equilibrio, la
síntesis entre polos opuestos: entre lo intelectual y lo sentimental (la
emoción tiende a ser refrenada por el intelecto); entre una concepción
romántica del arte (arrebato, inspiración) y una concepción clásica (esfuerzo
riguroso, disciplina, perfección); entre la pureza estética y la autenticidad
humana, entre la poesía pura (arte por el arte, deseo de belleza) y la poesía
auténtica, humana, preocupada por los problemas del hombre (más habitual tras
la guerra). Entre el arte para minorías y mayorías, alternando lo culto y lo
popular, el hermetismo y la claridad, y se advierte un paso de un
"yo" a un "nosotros" ("el poeta canta para
todos", Vicente Alexandre). Entre lo universal y lo español, entre los
influjos de la poesía europea del momento (surrealismo) y de la poesía española
(cancioneros y romanceros). Entre la tradición y renovación, existiendo un
sentimiento de proximidad a las vanguardias.
Los escritores pertenecientes a esta generación son Pedro Salinas, Jorge
Guillén, Gerardo Diego, Dámaso Alonso, Vicente Aleixandre, Rafael Alberti y
Federico García Lorca.
En el presente estudio tomaremos a Federico García Lorca pero antes de
hacerlo creemos conveniente para abarcar con amplitud el panorama cultural de
España referirnos a otros nombres claves del quehacer artístico contemporáneo:
en la pintura, a Salvador Dalí; en la música a Manuel de Falla; en el cine, a
Luis Buñuel. Todos ellos allegados a García Lorca, especialmente de Falla, quien
le informó su interés por el Cante Jondo.
Ahora sí comenzaremos dando una
breve reseña de los principales acontecimientos de la vida de Federico García
Lorca. Nació el 5 de junio de 1898 en España, momento en que este país perdió
Cuba y sus últimas colonias menores. Fue bautizado con el nombre de Federico
del Sagrado Corazón de Jesús García Lorca. Su padre era hacendado y su madre
maestra de escuela lo que fomentó el gusto literario de su hijo. Desde pequeño
mostró habilidades para aprender canciones populares y también oficios
religiosos. No fue buen estudiante, abandonó la Facultad de Derecho de Granada
para instalarse en la Residencia de Estudiantes de Madrid (1918-1928), luego
regresó a la Universidad y se graduó como abogado.
En 1918 publicó su primer libro: "Impresiones y paisajes" y en
1920 estrenó en teatro su obra "El maleficio de la mariposa". En 1921
se publicó "Libro de poemas" y en 1923 se escenificó las comedias de títeres
"La niña que se riega la albahaca y el príncipe preguntón". En 1927
en Barcelona expuso su primera muestra pictórica.
Frecuentó activamente a los poetas de su generación que permanecían en
España como Jorge Guillén, Pedro Salinas y otros. En 1928 publicó la revista
literaria "Gallo" de la cual salieron solamente dos números. Al año
siguiente se va a Nueva York, para entonces se habían publicado sus libros
"Canciones" (1927) y el "Primer romancero gitano" (1928, su
primer obra poética más popular y más accesible). En su estadía en esta ciudad
escribió también su libro "Poeta en Nueva York". En 1930 escribió
"Así pasen cinco años" y "El público", en este mismo año
regresó España enterándose de que su farsa popular "La zapatera
prodigiosa" se estaba escenificando.
En 1930 se instaura la Segunda República Española y esta nombró a Don Fernando
de los Ríos como Ministro de Instrucción Pública el cual fue su principal
mecenas durante los primeros años del poeta en España. García Lorca fue
nombrado codirector de la compañía estatal de teatro "La Barraca"
donde disfrutó de todos los recursos para producir, dirigir, escribir y adaptar
todo tipo de obras teatrales.
Escribió en este período "Bodas de Sangre", "Yerma"
y "Doña Rosita la soltera". En 1933 viajó a Argentina como director
de teatro "La dama boba" de Lope de Vega. En 1936 escribió
"Diván de Tamarit", "Llanto por Ignacio Sánchez Mejías",
"La casa de Bernarda Alba" y trabajaba en "La destrucción de
Sodoma", cuando estalló la Guerra Civil Española, donde nuestro poeta rehusó
al exilio y se dirigió a su casa en Granada para pasar el verano. Nunca se
afilió a ninguna de las fracciones políticas, ni se distanció de sus amigos por
estos temas. El 16 de agosto de 1936 fue detenido y dos días después fue
fusilado en el lugar conocido como "Fuente de las lágrimas".
Después de su muerte se publicaron: "Primeras canciones" y
"Amor de Don Perlimplín con Belisa en su jardín".
El mundo lorquiano se define por un palpable sistematismo: la poesía, el
drama, la prosa se alimentan de obsesiones y claves estilísticas constantes. La
variedad de formas y tonalidades nunca atenta contra esa unidad cuya cuestión
central es la frustración.
Respecto a su poesía debemos decir que podría dividirse en tres
períodos. El primero abarcaría “Libro de poemas” (1921), “Poema del cante
jondo” (1921), “Primeras canciones” (1924). En esta etapa encontramos sobre
todo la influencia de Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez. Inicia la tendencia
a revivir las fuerzas populares con todas las fuerzas de un arte culto y
refinado, incluso artificioso. De esta forma, en Lorca se unen lo popular y lo
culto.
El segundo período está constituido por el “Romancero gitano” que desde
1924 a 1927, marca la mejor época poética de nuestro poeta.
Y la última etapa está conformada por “Poeta en Nueva York” (1930),
“Llanto por Ignacio Sánchez Mejías” (1935) y “Diván del Tamarit” (1936). Su poesía
en esta última etapa está más influenciada por las corrientes vanguardistas
nombradas anteriormente.
Como poeta une lo popular y lo culto, lo particular y lo universal, la
vida y la muerte. Además al decir de Dámaso Alonso, Lorca es destacado por su
“sentido total hispánico”, totalmente andaluz pero también español. Español pero
a la vez poeta de todas las tierras, capaz de mostrar la sensibilidad y la
problemática de un hombre en cualquier lugar y momento.
Lorca mezclaba las ansias de vivir con la obsesión por la muerte en su
vida y también en sus obras, esto se ve en la mayoría de su poesía.
De acuerdo con su gusto por lo elementos tradicionales, Lorca utiliza
frecuentemente símbolos en su poesía. Se refieren muy frecuentemente a la
muerte aunque dependiendo del contexto los matices varían bastante. Son
símbolos centrales en Lorca: la luna, cuya significación suele ser de la muerte
pero también puede simbolizar el erotismo, la belleza, la fecundidad, la
esterilidad. El agua: cuando corre, es símbolo de vitalidad y cuando está
estancada representa la muerte. La sangre: representa la vida, por ello, la
sangre derramada es la muerte. Simboliza también lo fecundo, lo sexual. Otro
simbolismo es el caballo y su jinete que está muy presente en toda su obra
portando siempre valores de muerte, aunque también representa la vida y el
erotismo masculinos. Las hierbas, son símbolos de la muerte aunque a veces
también las utiliza con otras simbologías. Los metales, también representan la
mayoría de las veces a la muerte, aparecen bajo la forma de armas blancas que
conllevan siempre tragedia.
En este caso analizaremos el poema “La casada infiel” que pertenece al
“Romancero gitano” asique antes del análisis propiamente dicho hablaremos sobre
este libro aunque destacaremos lo más importante del mismo. El Romancero gitano
es un libro compuesto por tres mundos según Guillermo Díaz Plaja: por un lado
está el mundo de los personajes en el cual el gitano representa a la vitalidad
y la pasión mientras que la guardia civil encarna el orden impuesto y frío. Por
otro lado, el mundo de las imágenes beatas: la Virgen Santa María, San José,
Santa Olalla, los arcángeles. Y el tercer y último mundo es el de lo indecible
o imponderable, en él el viento aparece como un gigante, o la sangre como una serpiente,
o la luna como un ser maléfico. Entonces habrían cuatro mundos: el de origen
literario, mundo celeste, las fuerzas oscuras y el mundo real. En este último
ubicamos el poema que más adelante analizaremos.
García Lorca según algunos críticos, idealiza a ciertos gitanos y su
conferencia es un tratado de estética más que de etnología. Para él algunos
gitanos representan la máxima estilización artística. Nuestro poeta establece y
dice en lecturas públicas del Romancero que éste es un “retablo de Andalucía,
pero pintoresca, antifolklorica y antiflamenca. Lo llamo gitano no porque sea
gitano de verdad, sino porque canto a Andalucía, y el gitano es en ella la cosa
más pura y más auténtica. Los gitanos no son aquellas gentes que van por los
pueblos, harapientos y sucios; ésos son húngaros. Los verdaderos gitanos son
gentes que nunca han robado nada y que no se visten de harapos” (Antonino
Rodrigo, pág. 348).
Podríamos decir que es un romancero de poemas gitanos de índole mítica
en el que Lorca quiere poetizar el mundo mítico que existió en Andalucía, ese
pasado gitano. Lorca ha estado en el mundo gitano y el poema es una
mitificación de ello. En estos gitanos andaluces, el poeta busca la verdadera raíz
de toda la humanidad.
A continuación realizaremos el análisis del poema “La casada infiel”:
Y que yo me la llevé al río
creyendo que era mozuela,
pero tenía marido.
Fue la noche de Santiago
y casi por compromiso.
Se apagaron los faroles
y se encendieron los grillos.
En las últimas esquinas
toqué sus pechos dormidos,
y se me abrieron de pronto
como ramos de jacintos.
El almidón de su enagua
me sonaba en el oído,
como una pieza de seda
rasgada por diez cuchillos.
Sin luz de plata en sus copas
los árboles han crecido,
y un horizonte de perros
ladra muy lejos del río.
Pasadas las zarzamoras,
los juncos y los espinos,
bajo su mata de pelo
hice un hoyo sobre el limo.
Yo me quite la corbata.
Ella se quitó el vestido.
Yo el cinturón con revólver.
Ella sus cuatro corpiños.
Ni nardos ni caracolas
tienen el cutis tan fino,
ni los cristales con la luna
relumbran con ese brillo.
Sus muslos se me escapaban
como peces sorprendidos,
la mitad llenos de lumbre,
la mitad llenos de frio.
Aquella noche corrí
el mejor de los caminos,
montado en potra de nácar
sin bridas y sin estribos.
No quiero decir, por hombre,
las cosas que ella me dijo.
La luz del entendimiento
me hace ser muy comedido.
Sucia de besos y arena,
yo me la llevé al río.
Con el aire se batian
las espadas de los lirios.
Me porté como quien soy.
Como un gitano legítimo.
Le regalé un costurero
grande de raso pajizo,
y no quise enamorarme
porque teniendo marido
me dijo que era mozuela
cuando la llevaba al río.
Este poema pertenece, como ya
dijimos, al “Romancero gitano”. Fue publicado por primera vez conjuntamente con
“Martirio de Santa Ollala”, en la Revista
de Occidente, vol. XIX, núm. LV (enero de 1928), págs. 40-46. Lorca se lo
dedica a Lydia Cabrera y a su negrita que sabemos que es una folklorista cubana
que conoció Lorca en España antes de publicarse el libro que contiene este
poema. Su nombre es Carmela Bejarano y reside actualmente en Miami y cuenta
cuando conoció a Lorca y el momento de esta dedicatoria: “Yo conocí a Federico
en casa de José María Chacón y Calvo…simpatizamos enseguida…Federico andaba con
el manuscrito del Romancero en el bolsillo…fuimos al café Pombo y estuvimos el
día entero…me pregunto, ¿cuál de todos es el que más te gusta?...cuando salió
el libro vi que nos había dedicado un poema”. Y la negrita fue para Lydia
Cabrera, su doncella en la casa de decoración que tenía en Cuba y, según Lydia,
perteneció al seno de la familia Cabrera, escribía poemas también y tenía mucha
gracia y talento.
Lo primero que debemos decir es que la estructura externa del romance es
la del Romancero tradicional: versos octosílabos con asonancia (i-o) en los
versos pares. Exceptuando los tres primeros versos los demás se dividen en
cuartetos.
En los tres primeros versos, se presentan los personajes siendo uno de
ellos el yo lírico y el otro una joven “mozuela” y el espacio físico en el que
se encuentran, en el río. Con el término “mozuela” hace referencia a soltera.
Manuel Alvar cita esta palabra como un ejemplo del uso de dialectismos por
Lorca (“Los dialectismos en l poesía española del siglo XX”, Revista de Filología Española, 1960,
pág. 78).
Luego de hacer la introducción informándonos la situación donde ya nos
plantea de cierta forma el problema: la llevo al río creyendo que era soltera y
resulto ser casada, continúa contextualizando pero ahora en el tiempo y expresa
que “Fue la noche de Santiago”. Santiago es el patrono de España y su fiesta se
conmemora el 25 de julio de cada año, se podría pensar que refiere a ella pero
otros autores plantean que en realidad se refiere a la fiesta de Santiago pero
en Triana. Este último es un barrio gitano de Sevilla y podría pensarse que
refiere a él porque coinciden el río (el Guadalquivir que separa Sevilla de
Triana), la noche de Santiago, y los “faroles” y las “esquinas” de un casco
urbano, elementos que Lorca nombra posteriormente en el poema.
Entonces podemos continuar el análisis aludiendo a que todo ocurre en la
periferia de la ciudad, y en ese momento todos los sentidos están sensibles
totalmente, los ojos ven la luz de los grillos “se encendieron los grillos”; el
tacto también tiene su papel “toque sus pechos dormidos”, la acaricia y esto
hace que de allí se desprenda un aroma a jacintos que envuelve al yo lírico. El
oído también escucha atentamente y le parece que sus dedos son como “diez
cuchillos” rasgando la “enagua” como si fuese “una pieza de seda”. “Sin luz de
plata en sus copas los árboles han crecido, y un horizonte de perros ladra muy
lejos del río”: la luna está oculta y se escuchan ladridos de perros a lo
lejos. En los tres siguientes versos habla de la vegetación del lugar. Esta
primera parte del poema es una larga descripción del lugar, el tiempo y el
momento que están viviendo.
Luego el poeta hace una pausa y vuelve a retomar la fuerza de su poesía
cuando dice “hice un hoyo sobre el limo”, este verso tal vez se puede explicar
porque Lorca aprendió con su padre que era campesino que después del crepúsculo
comienza a refrescar y es debajo del limo donde se encuentra una temperatura
tibia y acogedora.
Comienza a partir del verso 24, la descripción del momento de pasión y unión
de ambos personajes mediante el acto de amor. Describe como cada uno fue quitándose
la ropa y, al decir de Cristophe Eich, lo hace en “secuencia martilleante”
mostrando las acciones del hombre y la mujer al quitarse la ropa. Comienza
refiriendo a lo real y culmina con imágenes delicadas y simbólicas. Continua
expresando que nada iguala la belleza, fineza y el brillo del cutis de aquella
joven mozuela: “Ni nardos ni caracolas tienen el cutis tan fino, ni los
cristales con luna relumbran con ese brillo”. Compara enseguida los muslos de
la joven como peces que se escapan de sus manos, que son resbaladizos.
Enseguida de esto, describe de una manera realista pero a la vez
romántica, el acto que los acogía aquella noche: “aquella noche cogí el mejor
de los caminos”. Pero dice que lo hizo “montado en potra de nácar” y es allí
donde se ve el punto culminante y más fuerte de la evocación: el instante
cuando el amor se consume y la exaltación por ello. Aparece a continuación la
promesa de silencio, que es un viejo tópico de la poesía amorosa.
Llegando al final del poema, luego de consumado el acto sexual, el
gitano nos dice “me porté como quien soy, como un gitano legítimo” porque trata
a la muchacha como una prostituta y paga su entrega con un buen regalo: “un
costurero grande de raso pajizo”. El gitano se siente engañado porque lo que él
creyó que era por amor, solo era un fraude. Por ello dice “no quise enamorarme”
y nos recuerda que la joven tenía marido, pero a él le mintió, diciéndole que
era mozuela. Con esto trata de expresar una cierta inconformidad o el deseo de
reclamo hacia ella pero otra vez como buen gitano, decide dejarla ir y tomar lo
que pasó como un momento maravilloso.
Luego de realizado este análisis haremos otro pero estilístico para
lograr reconocer las figuras estilísticas que aparecen en este poema:
·
Metáforas: “se encendieron los grillos”
“pechos dormidos”
“hice un hoyo sobre el
limo”
“sus muslos se me
escapaban como peces sorprendidos”
“montado en potra de
nácar”
“con el aire se batían
las espadas de los lirios”
·
Vivificación: “pechos dormidos”
·
Comparaciones: “toqué sus pechos y se me abrieron de
pronto como ramos de jacintos”
“el almidón de su enagua
me sonaba en el oído, como una pieza de seda”
“sus muslos se me
escapaban como peces sorprendidos”
·
Contraste: “se apagaron los faroles y se encendieron
los grillos”
·
Anáforas: “yo me quité…ella se quitó…yo el
cinturón…ella sus cuatro corpiños”
“ni nardos ni caracolas…ni
los cristales…”
“la mitad llenos de
lumbre, la mitad llenos de frío”
·
Hipérbaton: “el almidón de su enagua me sonaba en el
oído…”
“sin luz de plata en sus
copas los árboles han crecido…”
·
Descripciones: aparecen todo el tiempo en el poema.
Para concluir podríamos decir que Lorca en este poema maneja el erotismo
y el romanticismo de una manera elegante, caballerosa y detallista. Logra
describir cada acto y cada sensación sin caer en la vulgaridad.
Trabajo realizado por :CLAUDIA MIRABALLES
3° 4
LITERATURA ESPAÑOLA
CERP DEL SUR, ATLÁNTIDA
16/10/12
3° 4
LITERATURA ESPAÑOLA
CERP DEL SUR, ATLÁNTIDA
16/10/12
BIBLIOGRAFÍA
·
Madrigal,
Luis Iñigo (coord.): “historia de la literatura hispanoamericana”. tomo II: del
neoclasicismo al modernismo. Madrid, editorial Cátedra, 4ta edición, 2008.
·
“Federico
García Lorca: Poema del cante jondo-Romancero gitano”, editorial Cátedra.
·
Diccionario
de la R.A.E. (Real Academia Española)
·
“Poetas
españoles contemporáneos: Federico García Lorca y la expresión de lo español”,
págs. 257-265.
·
Albistur,
Jorge: “García Lorca”, Manuales de literatura n° 56, editorial Técnica, 2007,
Montevideo.
t
t